El Renacimiento fue un movimiento cultural que surgió en Europa entre los siglos XIV y XVII, caracterizado por el retorno a los valores del arte clásico grecorromano, el humanismo y la perspectiva en la pintura. Se inició en Italia y se expandió por toda Europa, dando lugar a un arte centrado en la belleza, la armonía y la proporción.
Uno de los artistas más influyentes del Renacimiento, conocido por su talento en múltiples disciplinas. Su obra más famosa, La Mona Lisa, es un ejemplo de su maestría en el sfumato. Otras obras destacadas incluyen La Última Cena y El Hombre de Vitruvio.
Escultor, pintor y arquitecto, Miguel Ángel dejó un legado impresionante con obras como la escultura de David y la Capilla Sixtina en el Vaticano. Su dominio del cuerpo humano y su fuerza expresiva marcaron el arte renacentista.
Conocido por su estilo armonioso y equilibrado, Rafael creó obras como La Escuela de Atenas, un fresco que representa a los grandes filósofos de la antigüedad y que simboliza el espíritu del Renacimiento.
Maestro del color y el retrato, Tiziano destacó por su uso del óleo en obras como Venus de Urbino y sus retratos de la nobleza europea. Su influencia se extendió a los artistas barrocos posteriores.
El Renacimiento supuso una transformación en la forma en que el arte era concebido, alejándose de los estilos medievales y adoptando una visión más científica y humanista del mundo. La invención de la imprenta ayudó a la difusión del conocimiento, permitiendo que las ideas renacentistas se expandieran por toda Europa.
Este periodo también influyó en la arquitectura, con figuras como Filippo Brunelleschi, quien diseñó la cúpula de la Catedral de Florencia, y Andrea Palladio, cuyo estilo inspiró la arquitectura neoclásica.